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domingo, 26 de junio de 2011

Isabel Pantoja arrasa en La Axerquía


Isabel Pantoja arrasa en La Axerquía

Unas 3.500 personas abarrotaron ayer el teatro para escuchar a la cantante, que regresaba a Córdoba después de diez años y ofreció un espectáculo de tres horas de duración ante un público totalmente entregado
Isabel Pantoja extiende los brazos al público al salir al escenario.

El aforo del teatro estaba completo para ver a la tonadillera.

El Teatro de la Axerquía vivió ayer una noche de exaltación total con el concierto ofrecido por Isabel Pantoja. Antes de comenzar el espectáculo una de las personas próximas a la artista comentaba que cambiaría cuatro veces su vestido y el recital duraría unas tres horas, porque la cantante estaba "acaloradísima, pero encantada" de regresar a Córdoba después de unos diez años sin actuar en la ciudad. En el mismo estado, con una expectación enorme, se encontraban las 3.500 personas que abarrotaban el lugar para escuchar a la tonadillera. Las entradas se habían agotado, a pesar de que tenían un precio de 30 y 50 euros, e incluso en las puertas del recinto se asentaban grupos de hombres y mujeres que no había podido entrar a verla, pero no querían perderse el concierto.
Ellas llevaban abanico, habían adornado con flores sus cabezas e incluso alguna niña fue vestida con un traje de flamenca. Los hombres, que también eran un grupo numeroso, ejercían en su mayoría de acompañantes, aunque otros también acudían solos para disfrutar del recital. La de ayer fue la sexta actuación de la tonadillera en España y una de las pocas que ofrecerá en Andalucía, por lo que hasta Córdoba llegaron fans de distintos puntos del país e incluso del extranjero para asistir al concierto.
Antes de que la artista saliese al escenario, las seguidoras lanzaban cánticos como "¡Ay, ay, ay, Pantoja es lo que hay!", le gritaban "¡guapa!" y la llamaban por su nombre. La banda comenzó la actuación con un medley en el que sonaban los acordes de sus canciones más conocidas, que eran acogidas con gritos y emoción por el público, y cuando entre el montaje se divisó la figura de la cantante, el teatro ensordeció con los aplausos y los clamores. Isabel Pantoja extendía sus brazos y se llevaba la mano al corazón en señal de cariño, y casi no podía hablar porque los seguidores no se lo permitían. La canción Con la gente que me gusta , de Manuel Alejandre, acabó con la espera y a esta le siguieron Porque me gusta a morir y otras clásicas como Marinero de Luces y Capote de grana y oro .
En uno de los momentos de la noche la artista recordó "a Paco", Paquirri, y los duros momentos que vivió en Córdoba con la cogida del torero en la plaza de Pozoblanco y su fallecimiento. También tuvo palabras para su hijo, Paquirrín , cuando pidió agua y al recibirla no tenía hielo. "Está más caliente que la que se bebió mi hijo en la isla", bromeó al tiempo que el público coreaba el nombre de Kiko .
Las ´fans´
Seguidores de todas las edades disfrutaron cada momento y se emocionaron cantando junto a la tonadillera. Entre estas se podían encontrar casos curiosos como el de Jennifer Longo, que viajó desde Suecia para acudir al concierto con su madre y su hermana, y aseguraba que "me encanta la Pantoja porque he crecido con ella".

El sevillano Samuel Pantoja, que aseguraba que no tenía ningún parentesco con la cantante, apuntaba que había asistido con su hermano porque es aficionado al flamenco y explicaba que "lo bueno de ella es cuando se sale del papel, canta bulerías, interpreta junto al piano o hace versiones que no están en los discos".

Por su parte, Consuelo García, que se había desplazado desde Ciudad Real, recordaba que había pasado la tarde viendo un programa de televisión en el que hablaban de ella. Consuelo afirmaba que "me parece fatal que la critiquen por su vida privada", en referencia a su relación con el ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz, y sus asuntos con la Justicia, y aclaraba que "lo que me gusta es la persona, la artista". Entre el público también se encontraban quienes habían acudido "porque sale en la tele" y seguidores que nunca habían podido asistir a sus conciertos como Trinidad García, que iba acompañada de su marido, José Castro, y aseguraba que "me gusta mucho".

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