Isabel Pantoja volvió convencer a un público incondicional que prácticamente llenaba el Auditorio Mar de Vigo, en el que supo imponer su potencia a los problemas de acústica. El respetable quiso celebrar con la tonadillera los cuarenta años sobre el escenario que conmemora con la gira 'Donde el corazón me lleve'. Así, la artista dio la bienvenida a los asistentes con una recopilación de las imágenes más significativas de su vida.
Comenzó el repertorio con 'Embruja por tu querer'. Salió a escena después de que el coro cantase insistentemente su nombre. Impecable, demostrando por qué se le considera la más elegante de la copla. Vestía traje negro de noche, que no dudo en levantar para marcarse unas soleás. 'Gracias Vigo, buenas noches a todos y bienvenidos' fueron las primeras palabras que la tonadillera le dedicó al aforo, al que le deseó 'salud, que es lo que realmente hace falta'.
Pantoja se dio baños de aplausos y ovaciones prácticamente tras cada tema, pero fue con 'Buenos días tristeza' con el que desató pasiones. Jugo con su voz lo que quiso, dramatizó la letra hasta el punto de saltársele las lágrimas. Emocionó al respetable y fue premiada con un ramo de rosas por una espontánea. Se acabó de meter al público en el bolsillo con 'A pesar del tropezón', en el que consiguió un coro de más de mil voces. Al finalizar aseguró 'es verdad que no hay mal que cien años dure, pero treinta sí'.
Lució hasta tres modelos en un espectáculo donde no faltó la copla y el flamenco, pero además añadió en esta ocasión un repertorio de villancicos coincidiendo con la época. En el escenario la acompañaron una orquesta de doce músicos que dejó paso al cuadro flamenco en los temas de raíz. Todos juntos compartieron los cantos navideños.
Pantoja no defraudó y repartió fuerza y ternura sobre el escenario con silencios y tristeza cuando la copla lo necesita o desgarros y pasión cuando el cante lo requiere. Pero sobre todo destacó la comunión y la constante complicidad con su público. Pese a estar de nuevo en el punto de mira de la prensa rosa, se mostró cercana accesible, al tiempo que altiva y divina. Hizo guiños constantes al público e interactuó con los espectadores a lo largo de todo el concierto.
Durante más de dos horas y media demostró su poderío y maestría sobre el escenario, para acabar como ya es costumbre en sus actuaciones con el 'Salve a la Virgen del Rocío', que emocionó a sus incondicionales que acompañaron a la folclórica en su tema final.
Con esta actuación, Isabel Pantoja visitó la ciudad en dos ocasiones en los últimos dos años. La anterior fue en mayo de 2012 en el recinto ferial del Ifevi, donde superó una entrada de 4.000 localidades vendidas. Una vez más, la reina de la copla convenció con su sonrisa y sobre todo con su poderío.
Isabel Pantoja demostró sobre el escenario su elegancia con el traje de cola y el poderío de su voz en la interpretación de los géneros más populares.
Comenzó el repertorio con 'Embruja por tu querer'. Salió a escena después de que el coro cantase insistentemente su nombre. Impecable, demostrando por qué se le considera la más elegante de la copla. Vestía traje negro de noche, que no dudo en levantar para marcarse unas soleás. 'Gracias Vigo, buenas noches a todos y bienvenidos' fueron las primeras palabras que la tonadillera le dedicó al aforo, al que le deseó 'salud, que es lo que realmente hace falta'.Pantoja se dio baños de aplausos y ovaciones prácticamente tras cada tema, pero fue con 'Buenos días tristeza' con el que desató pasiones. Jugo con su voz lo que quiso, dramatizó la letra hasta el punto de saltársele las lágrimas. Emocionó al respetable y fue premiada con un ramo de rosas por una espontánea. Se acabó de meter al público en el bolsillo con 'A pesar del tropezón', en el que consiguió un coro de más de mil voces. Al finalizar aseguró 'es verdad que no hay mal que cien años dure, pero treinta sí'.
Lució hasta tres modelos en un espectáculo donde no faltó la copla y el flamenco, pero además añadió en esta ocasión un repertorio de villancicos coincidiendo con la época. En el escenario la acompañaron una orquesta de doce músicos que dejó paso al cuadro flamenco en los temas de raíz. Todos juntos compartieron los cantos navideños.
Pantoja no defraudó y repartió fuerza y ternura sobre el escenario con silencios y tristeza cuando la copla lo necesita o desgarros y pasión cuando el cante lo requiere. Pero sobre todo destacó la comunión y la constante complicidad con su público. Pese a estar de nuevo en el punto de mira de la prensa rosa, se mostró cercana accesible, al tiempo que altiva y divina. Hizo guiños constantes al público e interactuó con los espectadores a lo largo de todo el concierto.
Durante más de dos horas y media demostró su poderío y maestría sobre el escenario, para acabar como ya es costumbre en sus actuaciones con el 'Salve a la Virgen del Rocío', que emocionó a sus incondicionales que acompañaron a la folclórica en su tema final.
Con esta actuación, Isabel Pantoja visitó la ciudad en dos ocasiones en los últimos dos años. La anterior fue en mayo de 2012 en el recinto ferial del Ifevi, donde superó una entrada de 4.000 localidades vendidas. Una vez más, la reina de la copla convenció con su sonrisa y sobre todo con su poderío.
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